jueves, 31 de diciembre de 2009

Agua de lluvia




Esta semana quería proponerles un experimento, una especie de juego optimista que consiste en salir al campo, o la carretera, tras un intenso día de lluvia y, en caso de que ésta haya sido benevolente con sus posesiones personales, aprovechar esa nitidez que deja en el entorno y que, como cuando limpias las gafas con detergente bajo el agua, nos confiere la propiedad sobrehumana de distinguir con claridad y apreciar íntimamente cada contraste y cada matiz de los colores que posee el mundo que nos rodea.
Ahora, con un poco de ese agua de lluvia, vamos a limpiar algunos de los asuntos de la actualidad que nos circunda.
Un tal Umar Faruk, de 23 años, estudiante de ingeniería, se levanta una mañana y encuentra que su vida de lujo ya no le llena; decide buscar nuevas sensaciones y las encuentra en el extremo más inhumano de la religión. Sube a un avión y decide entregar su vida (y la de todo del pasaje y la tripulación) a la causa contra los cruzados. Benedicto XVI, alemán de 82 años y sumo pontífice de la Iglesia católica. se levanta una mañana y no sabemos si mediante revelación divina, decide propagar entre sus fieles la muy poco saludable idea de que el preservativo no es eficiente en la lucha contra el SIDA.
Espero que aún les queden unos chorritos de agua, aunque para comprender la próxima escena no la necesitaremos. Doctor Zhivago; el ejército ha pasado por una aldea arrasándola; en juego: ser blancos o rojos en una nación inmersa en otra revolución hambrienta. Pregunta el jefe de la compañía donde Zhivago ha sido obligado a servir como médico: señora, quiénes han sido. La señora, una abuela que parece haber perdido la nitidez mental en aquel brumoso día de nieves, contesta: soldados. Pero soldados blancos, ¿verdad, señora?, repite el cabecilla de la milicia roja. Soldados, repite la abuela con mirada perdida, mientras otra vecina aclara que primero llegaron los alemanes, les siguieron los rojos, después los blancos y más tarde de nuevo los rojos.
Ahora volvemos a necesitar el agua. Julio de 1985, el barco de Greenpeace, ‘Rainbow Warrior’, es bombardeado por los servicios secretos franceses. Los agentes responsables cumplen menos de dos años de cárcel; recordar aquí que resultó muerto un fotógrafo holandés. Diciembre de 2009, Copenhage; la capital danesa acoge la cumbre del clima; 15 de diciembre, mismo contexto, la familia real danesa ofrece una cena de gala a los altos cargos mundiales que en la cumbre se han dado cita. En un ambiente de lujo y sofisticación, tres personas intentan pasar desapercibidas, ya que no han sido invitadas. Se trata de tres dirigentes de Greenpeace que han asistido con la única intención de remover conciencias; su arma: una pancarta amarilla en la que reza la frase “los políticos hablan, los líderes actúan”. Como consecuencia al osado acto de asistir a donde no habían sido convocados, los ecologistas son detenidos y condenados a 18 días de prisión incomunicada. Hay que recalcar el hecho de que no sólo no fueron invitados a la cena, sino que la misma cumbre ha sido un coto cerrado, donde las diversas organizaciones ecologistas del planeta no fueron llamadas a formar parte de las mesas de trabajo (nótese aquí que lo mismo pasa cuando las autoridades pertinentes se reúnen para elaborar los planes de estudio, que no cuentan con los maestros).
Si llegados a este punto, les ha quedado algo de agua de lluvia, como deseo personal les ruego para el próximo año, verterla sobre palabras como tolerancia, grandeza o ética; no albergo dudas sobre lo verde que les parecerá el olivo en contraste con el marrón de la tierra del campo.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Cormánticos


Para mí que el amor romántico ha hecho más mal que bien al ser humano; no hay mejor ejemplo que la Provenza, que ni con todas sus leyendas crísticas incluidas, se ha librado de presenciar una tragedia como la protagonizada por los cátaros. Si yo ahora le pregunto a usted por Beethoven, ¿qué sabría decirme de él? Quizá lo primero que le venga a la cabeza sea alguna de sus partituras más famosas (y románticas), como Für Elise. Si sigue usted ese hilo, a lo mejor ya recuerda que perteneció al movimiento artístico que llamamos romanticismo. ¿Diría usted lo mismo del autor estadounidense Edgar Allan Poe? Probablemente ahora aparecen en su cabeza imágenes inquietantes, misterios por resolver, muertos que vuelven a la vida, grandes linajes que viven y mueren encerrados en grandes y antiguos castillos... Ya les decía que, en mi modesta opinión, el amor romántico ha hecho más daño que otra cosa a la cultura de los seres humanos. Porque para romántico, romántico, el poema de Anabell Lee, que musicaran los Radio Futura; o cualquiera de los fantasmas que vagan en los cuentos de Poe; o los mismos humanos (concretamente Vincent Price) que casi mueren por amor, no estando seguros de si es por que la joven y bella esposa ha fallecido, o porque ahora va a resultar que la muchacha era catatónica y ha vuelto de entre los muertos, pajiza como la pared. El otro día me crucé en el periódico con una foto de Poe en la que posaba de cuerpo presente. Aunque, como digo, la imagen no era para ponerla en el descansillo de la escalera, dejo que tras de ella la curiosidad aflore y en una décima de segundo estoy homenajeando a uno de los autores favoritos de mi infancia; ése que tantas veces me inquietó el sueño tras los ‘Terrores’ de Chicho, o el cine de sobremesa, también en la televisión única de los setenta y primeros ochenta, aquellos años en los que el matinal del veleño Lope de Vega alternaba Godzilla y ‘La Marabunta’, para una afición infantil no menos enfervorecida, y ruborizada hasta las orejas, bien por el jersey de cuello alto tan a la moda, bien por los codazos que decidían quién se quedaría con el mejor sitio. Por cierto que aquí están sentados mis primos, que han ido a por palomitas. Gracias a todas esas pelis de serie B, que siguen siendo (pongo la mano en el fuego) de lo mejor que hemos visto nunca, junto a La invasión de los Ultracuerpos y la serie Colombo, servidora conoció a Edgar Allan Poe. Por supuesto, fue de la mano del prolífico director Roger Corman, oscarizado estos días, por toda aquella ingente producción cinematográfica de ese sub-género, que antes se denominaba con más precisión “de bajo presupuesto”.La foto de Poe que les vengo comentando se refería a un homenaje: sus fans más ‘frikies’ recrean una capilla ardiente de la que hace 160 años no pudo disfrutar, ya que, como buen romántico, murió enfermo y solo. Entre los fastos previstos en el programa, se encuentra la asistencia confirmada de Sir Arthur Conan Doyle, H.P. Lovecraft y Alfred Hitchcock, entre otras destacadas personalidades.Cierro los ojos y veo a Poe interpretado por el Gary Oldman de Beethoven, y con guión de Juan Antonio Cebrián..., pero se trata de Sylvester Stallone que, coincidiendo con el óscar de Corman, prepara su regreso tras las cámaras, con una biografía del mencionado poeta. ¿Lo próximo? Mel Gibson con una peli grabada entera en lengua romance; no se preocupen, que irá subtitulada.

El karma tibetano

Pasados 50 años de la ocupación del Tíbet, parece que China y su revolución no han coseguido aliviar los problemas que aquejaban al país y que sirvieron de excusa a la invasión. Les ha pasado como a los USA en Irak: deponen a un dictador, dejando al pueblo en peores condiciones de las que estaba. En el caso del Tíbet, lo que iba a ser un reparto de tierras entre los que la cultivaban, acabó convirtiéndose en represión religiosa (hay que tener presente que antes de la invasión sólo la élite tibetana era budista), e ideológica, si es que ambos aspectos, de verdad de la buena, pueden separarse. De este modo es como llegamos al ficticio enfrentamiento (y lo es desde que se abrieron los mercados asiáticos), entre la potencia invasora, en este caso China y el mundo libre norteamericanizado. Este último premia y reconoce al líder tibetano en el exilio, el décimo cuarto Dalai Lama, quien, pese a todas las injusticias que pudieran haber cometido sus predecesores, tuvo que huir de su país con 15 años ante la amenaza de una muerte segura, no sólo a manos de los chinos, sino de su propio pueblo, alentado por la revolución que, envuelta en la hipnótica melodía que desprenden libertad y comida, llegaba del país vecino. Detrás de cada gran revolución se encuentra la necesidad de un trozo de pan, de aquel por el que un día se acabó perdiendo la dignidad.Durante estos días asistimos a un nuevo acto de la escenificación de este desencuentro al cumplirse el 50º aniversario del “hecho”; léase ocupación, en Occidente, liberación en China. Sólo un acto más, como digo, ya que viene desautorizado por el bochornoso entremés que nos ofrecieron hace menos de un año, durante las Olimpiadas de Beijing (antes Pekín, como Josep Lluís antes fue José Luís), con esas fotos impagables de apretones de manos entre los líderes del mundo libre autorizado y el presidente chino Hu Jintao. Si llega a estar allí Grishom, rápidamente les mete el bastoncillo pa’ confirmar que sí, que allí hay rastros de sangre.Y es que al tiempo que las ong se quedan afónicas gritando a los cuatro vientos que China no respeta los derechos humanos, el mundo libre democrático del que proceden esas voces mira para otro lado. Mientras tanto, instala allí sus fábricas, que darán continuidad a una historia en la que nunca dejó de existir, de un modo u otro, la esclavitud. El añorado por Occidente mandato de los Lamas, se caracterizó precisamente por poner en manos de menos del 5% de la población, (la élite budista, por supuesto) la propiedad y explotación de la tierra y los seres humanos que la habitaban. Con la ocupación china llegaron, es cierto, las escuelas y las medicinas y la posibilidad de vivir del fruto del propio trabajo, pero, como en la mayoría de las revoluciones, también llegó la dictadura y la unificación ideológica, por las buenas o por las malas. El argumento silenciado de esta historia es que por h o por b, los tibetanos nunca han sido libres de pensar y vivir como ellos quieran, como ellos lo entiendan; con esa manera conformista de enfrentarse a la vida, del que intuye que la historia de su tierra se escribió a jirones y empujones, desde que se desprendió de su hermana Tejeda-Almijara durante el período alpínico de la fragmentación de Pangea, hasta que India, en su deriva oceánica, embistiera Los Himalayas, encajándolos y doblegándolos, irremediablamente ya, para siempre, ante la gran placa asiática.

sábado, 23 de mayo de 2009

Brakets Rotos

Hace unos días salimos a buscar un regalo, ya saben: las comuniones. De camino, como siempre que visitamos alguna gran superficie, pasamos por la librería del establecimiento. Tengo que reconocerles que cada vez es más difícil comprarme un libro: prácticamente dejó de interesarme la novela en pos de otros temas que suelen ser tratados de forma menos amena, por lo que he tenido que recurrir a los llamados divulgadores para seguir encontrando satisfacción en la lectura. La que les escribe, no es un secreto, es una apasionada de la palabra; en mi trabajo resulta fundamental concretar el mensaje si quieres mantener el interés del oyente y a la vez dotar “de contenido” a esas pocas palabras. Por supuesto que no siempre consigues ambas cosas, bien por que la actualidad manda, o por que durante la emisión en directo se plantean situaciones que no se prestan a ello.
El otro día, como les decía, vagaba por entre las estanterías buscando algún tema interesante al que hincarle el braket; no sé porqué, pero sabía que ese día no me iría de vacío y ya llevaba dos libros encima cuando lo vi de refilón. Quise pasar de puntillas por su lado, acariciando simplemente la portada: los magníficos y dolorosos momentos se agolparían en los lagrimales, aún sabiendo que la melancolía no te lleva a ningún sitio sano. José María me lo tendió: Si no es para ti este libro, ¿para quién es? Volví a rozar la cubierta con los dedos; decidí cogerlo.
Hace años que no puedo seguir en directo mi programa de radio favorito por que gracias a sus contenidos, básicamente divulgativos, se emite en unos horarios no aptos para madrugadores. Afortunadamente, gracias a ese engendro tecnológico llamado pod cast, puedo seguirlo regularmente, aunque suelo llevar siempre algunas semanas de retraso; por eso no sabía que Silvia Casasola y Fernando Rueda habían escrito un libro homenaje a Juan Antonio Cebrián, como regalo biográfico para todos aquellos “murciélagos” que seguimos su proyecto radiofónico, La Rosa de los vientos, durante tantos años.
Llegados a este punto tienen que saber que los Rosaventeros han llegado a plantar un bosque como homenaje a Cebri, el primer periodista de divulgación medioambiental de este país, y de tantos otros temas, fallecido hace ya un par de años con un micro entre las manos; literalmente.
Pero Juan, como les digo, en el fondo no se ha ido; como prueba, aquí estoy dos años después, dedicándole este recuerdo apasionado, por tantas horas de maestría impartida gratuítamente. Gracias de nuevo, Sir John C’Bryan, por la multitud de conocimientos que me has brindado y las ganas de seguir aprehendiéndolos que en mi has alentado.
Estos días engrosaba también el panteón de mis héroes personales el guitarrista y compositor madrileño Antonio Vega; se extinguía su energía vital después de años empeñados en una realidad que sólo él quería ver. Me hubiera gustado volver a encontrar vida en el brillo de sus ojos. Antonio, gracias por esa Décima de segundo hecha canción, que un día, siendo sólo una niña, hizo que me parara a pensar en abstracto.
Y la verdad es que no quería hablarles de estas cosas; quería gritarles que Obama quiere llevar la paz a Palestina, que la gente se asocia y se mueve, para prestar su ayuda desinteresada a los más necesitados, que, ¿por qué no? tenemos una ministra que dice que no está probado científicamente que un feto de tres meses es un ser humano, ... pero ha acabado saliéndome esto del alma. Gracias por dejarme compartirlo.

viernes, 24 de abril de 2009


De libros y burros.

Ningún gesto más bello durante la vida de un hombre, que el regalo de un libro; contienen todo aquello que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra evolución como especie, por lo que es la mejor arma reveladora de los usos y costumbres de las sociedades de todos los tiempos. Sólo cuando la lectura dejó de ser privilegio de las clases altas y el clero, el hombre común pudo sacar sus propias conclusiones al respecto de la sociedad desigual en la que vivía.
Una vez has tenido la oportunidad de comprobar las cosas por ti misma, se hace muy cuesta arriba comulgar con ruedas de molino; casi me atrevería a decir que todos tenemos la obligación de hacer uso coherente de la información que encontramos a nuestro alcance. Por eso decía que no hay mejor regalo que un libro, y a mis treintaytantos añado, no hay nada mejor que un buen libro cargado de datos objetivos; aclara los argumentos al que quiera abrir los ojos.
Durante la reciente V Cumbre de Las Américas, el llamado mundo libre tuvo la oportunidad de presenciar el guiño de ojos más increíble que la historia ha presenciado en los últimos años. Por supuesto, retransmitido en directo para todos los que podemos pagar la electricidad y además tenemos la suerte de que nuestro gobierno no nos censure lo que nos ofrecen los medios; sea lo que sea, lo diga quien lo diga y tenga las ideas políticas que tenga ese ser humano. Así, contemplo con estupor cómo el esperado encuentro entre el Dios omnisciente del nuevo orden mundial, Barak Obama y el demonio dictador latinoamericano, Hugo Chávez, concluye con el regalo que este último entregaba a su homónimo universal. Atentos: ¡un libro! Como ustedes, estoy segura, no daba crédito. Buscando en Internet la referencia, encontré este sitio que les enlazo: http://toplibros.es/. En esa página, si el tema les interesa, podrán leer on line la obra en cuestión, Las venas abiertas de América Latina, gratis como casi todo en la red y por cortesía del autor, el uruguayo Eduardo Galeano. Se trata de un ensayo donde, mediante capítulos concretos de la historia, se exponen los grandes males que han caracterizado la política y la vida de América Latina durante los últimos 500 años. Aunque, me pregunto y les hago extensiva esta duda, ¿de verdad hay alguien en el mundo “desarrollado” que no sepa qué es lo que ha estado pasando? Oye, de verdad, ¿no has visto por la tele qué pasó en Argentina con los más desfavorecidos, por cierto 99% indios, tras el corralito? ¿No viste que subió desorbitadamente la mortalidad infantil? Amiga, ¿no se te revuelven las tripas cada vez que ves a los niños sudamericanos, por cierto 100% indios, subidos sobre toneladas de mierda disputándose el botín de la basura con las ratas?
Como decía, grandes momentos mediáticos nos ha dado la última Cumbre de Las Américas: la altiva Cuba no asiste, pero en un “nuevo ordiano” acto de fe, el gurú Barak Obama indulta al hasta hace bien poco enemigo preferido de entre los del eje del mal, Fidel Castro, y con él al pueblo cubano, que al fin podrá recibir medicinas y unas cuantas sucursales de Mc Donald’s. ¿No les suena a lo ocurrido recientemente en la llamada Europa del Este? Afortunadamente, Barak Obama sabe leer y Chávez le ha regalado un libro muy explícito. Y lo que es mejor: todos lo hemos visto. Como diría el periodista deportivo Alfonso Azuara: ahí tienes los pelos de la burra.

viernes, 6 de marzo de 2009

Mosquitos a cañonazos

Cuentan las crónicas que durante el siglo XVII en las cortes europeas no sólo se luchaba entre facciones cristianas, también se batallaba contra las pulgas. La reina Cristina de Suecia, apelando al carácter metódico de los pueblos nórdicos, encontró la solución para acabar con ellas de una en una: se hizo construir un pequeño cañón de balines, con los que libró una encarnecida pugna contra tan irreductibles artrópodos.
En el año 1993, el colombiano Manuel Elkin Patarroyo cede a la Organización Mundial de la Salud la patente de su más celebrado descubrimiento: una vacuna contra la malaria, que se mostraba eficaz como protección, hasta en un 70% de los casos, en niños menores de 5 años. Según datos de esta misma organización, en 2008 la malaria seguía siendo responsable de casi la mitad de muertes infantiles en todo el mundo. La malaria o paludismo, como todos estudiamos en el colegio, es transmitida por la hembra del mosquito anósfeles y su incidencia se registra solamente en países del llamado “tercer mundo”.
Estarán pensando que si ya existe la vacuna, ¿cómo es que siguen muriendo tantas personas al año a causa de la picadura de un mosquito? La razón flota en el ambiente; Elkin Patarroyo no quiso vender la patente a las multinacionales del sector, porque, en palabras de tan insigne investigador, “el antídoto debe llegar a todos los países en desarrollo a precios muy bajos”, lo que es contrario a los principios empresariales. Así que desde hace 15 años se han ido sucediendo hasta 97 vacunas diferentes auspiciadas por distintos laboratorios farmacéuticos e instituciones de diversa índole, siendo los resultados protectivos de las mismas, inferiores al 50%. Es el caso del último Príncipe de Asturias a la Cooperación, otorgado a la pareja de científicos formada por Pedro Alonso y Clara Menéndez, quienes, con motivo del galardón, admitían ante el periodista Carles Francino que su proyecto no será viable hasta 2011.
Precisamente, hace unos días, el benefactor de esta pareja española, el conocido filántropo Bill Gates, como apertura de su ponencia en unas jornadas sobre la malaria celebradas en California, tuvo la brillante y caritativa idea de soltar unos cuantos mosquitos, mientras se dirigía al aterrado foro con estas palabras: “Los mosquitos transmiten la malaria. Los voy a dejar volar libremente. No hay razón para que sólo la gente pobre se infecte”. Por eso él invierte en “vacunas de pago”.
Esta visión altruista no le cegó cuando el Intituto Tecnológico de Massachusetts puso en marcha en 2006 el plan “Un ordenador para cada niño”, mediante el cual se están fabricando computadoras muy por debajo del precio de mercado, destinadas a países donde la llamada brecha digital entre la población es mayor, como India o China, estados que ya se han acogido a la propuesta del prestigioso instituto norteamericano. Por aquel entonces, el filántropo Gates se burló del proyecto: el precio de fabricación superaría al de venta. Y eso que el dinero no es problema: aún pendiente de pago la última multa impuesta por la U.E. a Microsoft de casi 1000 millones de euros -nuevamente por competencia desleal al incluir en la última versión de Windows el navegador de la casa, Internet Explorer-, el filántropo sigue donando millones de dólares para el descubrimiento de una vacuna que está medio resuelta desde hace 15 años. Es más, en la lucha contra la malaria las mosquiteras de a cuatro euros se han revelado como la mejor prevención. ¿Por qué, entonces, seguir matando pulgas a cañonazos?

viernes, 2 de enero de 2009

Ya no nieva en Palestina

27 de diciembre de 2008. Hoy, el pueblo que vagó por el mundo por los siglos de los siglos hasta llegar a la Tierra Santa de Palestina, ese que dice ser el elegido por el Dios de Israel, ha bombardeado a sus hombres, mujeres y niños, sin ningún tipo de piedad visible; una no puede acostumbrarse a este tipo de cosas, como tampoco puede acostumbrarse a ver imágenes del holocausto por televisión. En occidente, mientras tanto, seguimos celebrando la natividad de Jesús por aquellas tierras, hace ya más de 2000 años.
De pequeña, lo que más me gustaba de la Navidad era el día que montaba junto a mis padres el portal de belén; cosas de niños, no le faltaba de nada: su río, su pozo, la niña sacando agua, el castillo, la nieve … Todo eso fue desapareciendo conforme fui cumpliendo años; igual que todo eso ha ido despareciendo de las tierras palestinas. Este año me resistía a colocar el portal, ya reducido al nacimiento y sus personajes principales, quizá cansada de dar siempre la misma e “ingeniosa'”explicación sobre porqué las figuritas mutiladas y con las ropas hechas jirones formaban un portal de belén realista, conseguido artísticamente por Kurt, en una de sus andanzas de cachorro.
El día que escribo estas letras, 29 de diciembre, año nuevo musulmán, decido quitar el polvo al belén mutilado, sin agua ni pozos, ni hospitales, ni gente sonriendo; sigue siendo un pequeño homenaje a todos los niños que nacen hoy en la Tierra Santa de Palestina.